No sé que hago aquí, en todas partes me siento en estos tiempos extraña, no encuentro el lugar, un espacio mientras intento reprimir las ganas imperiosas de echar a correr, correr hasta caer desfallecida.
He sentido rabia, he llorado y finalmente decidí encerrarme en mi misma para ahora volver a comenzar de nuevo, no era el camino el ostracismo de la soledad aunque ahora que me asomo de nuevo a esta ventana mi mente no tenga claro que hago aquí si a nadie le importa que pasa por mi mente.
Suena una canción triste y a través de los cristales contemplo la plaza donde un grupo de chavales juega ajenos a estos tiempos oscuros sin saber aún que su mundo que parecía tan seguro se va agrietando y se sacude aterrorizado.
Mis hijos terminan la tarea en la mesa del salón y al igual que los niños que miró silenciosa viven ajeno a este nuevo mundo que los adultos tratamos de vislumbrar bajo la conmoción y aferrados a la esperanza que los temores que nos seccionan el alma no se hagan realidad, aunque en el fondo sabemos que el tiempo que conocimos no volverá.
Pasé tantos años en mis tiempos oscuros esperando que llegase la luz que ahora paralizada, inane intento convencerme que puedo ahora asumir los tiempos oscuros en general, ¿ A alguien le importa que no tuviese yo luz cuando los demás vivían cegados?
Me he dicho tantas veces que no puedo, que no quiero, que me rindo que ya parece que no me digo a mi misma.
No puedo con lo que viene, he dicho a mi mejor amiga. No puedo vivir con lo que viene.
Te asombraría con lo que se puede vivir, ha dicho con su gesto más duro. Vas a vivir con esto y además vas a buscar y a encontrarte en medio de todo lo que acontezca. Grandes crisis son grandes oportunidades, deja de comparecerte de ti misma y ponte al frente del ejército. A comenzado tu guerra de nuevo.
¡¡¡Como la detesto!!! como siempre tiene razón.
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